martes, 3 de septiembre de 2013

Reflexiones sobre qué es ser padre o madre

Irene duerme… ¡qué bonita es!

Muchas veces cuando la miro pienso: “¿Lo estaré haciendo bien?”.

Mientras la esperaba pensé muchas veces cómo sería, qué le gustaría, a quién se parecería, pero, sobre todo, cómo queríamos educarla, cuál tenía que ser nuestro papel como padres, cómo llevarlo a cabo, cómo superar los errores y cómo subsanarlos,… me daría cuenta de que me estoy equivocando…

Cuando estudiaba Psicología una de las asignaturas que más me impresionó fue la de Psicología del Desarrollo. Sin entrar en muchos detalles, en ella aprendimos cómo se desarrollo el bebé desde que se forma la primera célula a nivel, cognitivo, motor, afectivo, social,… Ese año aprendí dos cosas básicas, que ahora como madre no puedo obviar:
      
 1.            Que los bebés vienen al mundo con unas estructuras muy básicas y algunas de ellas todavía se tienen que desarrollar. Es decir, como si fuera una caja vacía que hay que llenar. 
2.            El bebé tiene que ir llenando esas cajas poco a poco, cada objeto debe colocarse a su debido tiempo. Es decir, todo lo que hacemos, sentimos, percibimos,… lo aprendemos.

Nuestra función como padres es ayudarles a llenar esa caja de una manera ordenada, cada cosa a su momento, y sin meter cosas que todavía no están preparados para guardar, o esperar demasiado para meterlas en su compartimento.

Qué quiero decir con todo esto: que el desarrollo de las capacidades, las actitudes, la manera de sentirse y de afrontar la vida de nuestros hijos dependen, en gran medida, de la calidad de las relaciones que se establecen en el ámbito familiar.

El ser humano es la única especie cuyas crías vienen al mundo más inmaduras y que necesitan que su papá y su mamá se cuiden de ellos una vez nacidos. Más o menos, hasta los dos años, dependen en gran medida de nosotros para crecer y desarrollarse: sus papás (o cualquier adulto que se ocupe de él).

Al mismo tiempo, como he dicho antes, nuestro bebé nace con la capacidad de aprenderlo todo, aunque cada cosa a su tiempo. Pero necesita que nosotros veamos y creamos en  esa capacidad y le dejemos aprender.  A veces, hay que retarlos, para ver si es capaz de hacer una determinada cosa.

A los papás y mamás siempre les doy la misma premisa: “Si en la guardería es capaz de hacerlo, en casa también, pero tenemos que estar dispuestos a darles su tiempo, dejarlos equivocarse, etc.”

Mi función como madre y la de mi marido como padre es la de cuidar, estimular, proteger y educar a nuestra hija, pero por una cuestión muy sencilla: “Lo necesita para desarrollarse de una manera óptima”.

Más adelante os explicaré esta última idea. Con este artículo sólo quería que entendierais la importancia de la familia en el desarrollo de nuestros hijos y cómo nosotros somos los pilares sobre los que sostienen ellos su desarrollo: si nosotros nos tambaleamos, podemos hacer que ellos caigan, o si no dejamos que coloquen la siguiente piedra no avanzarán.

Reflexionad sobre todo esto y como siempre os animo a que si tenéis alguna pregunta me la hagáis a través de este blog. También podéis buscarme en twitter @Carme_Carrasco

Un abrazo.

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