lunes, 4 de noviembre de 2013

Educación en postivo

Buenas a todos y a todas!!

No me había dado cuenta de que hacía tanto tiempo que no escribía nada. Perdonadme, pero he estado un poco liada… Qué os voy a contar, ¿no?

Vaya entrada en el nuevo curso que hemos tenido aquí en las Islas!! Desde aquí todo mi apoyo al colectivo de la educación, y a los padres y madres, que esto es un asunto de todos y todas.

De eso os quería hablar hoy, de educación. ¡Buah, en qué lío me voy a meter! Pero bueno, ya sabéis es mi humilde opinión, y lo único que pretendo en este blog es daros alguna cosa en qué pensar, aunque sea para llegar a la conclusión de que estoy equivocada.
La educación de nuestros hijos e hijas es nuestra responsabilidad (vaya obviedad, ¿no?), cosa que no quiere decir que estamos solos en esta tarea. Hasta los dos años de edad, nuestros hijos dependen de nosotros para todo, y la educación es exclusivamente cosa de las familias, si no han tenido que empezar antes a la Escuela Infantil o tienen que hacerse cargo de ellos los abuelos la mayor parte del tiempo. Es entonces cuando todas estas personas que están ahora en la vida de nuestro hijo o hija nos pueden ayudar. Pero el esfuerzo mayor tiene que venir de nosotros los padres.
La crianza de un hijo o una hija supone el proporcionarles un bienestar bilógico, psicológico y social, cosa que significa:
1.      Cuidar de ellos, es decir, atender sus necesidades: de alimentación, de cuidados corporales, pero también cognitivas, emocionales y sociales. Se trata de aportarles los nutrientes necesarios para su desarrollo físico, pero también experiencias que favorezcan su desarrollo sensorial, emocional y cognitivo. Hoy en día, pero, es importante pensar antes de actuar: ¿quién lo necesita mi hijo o yo?
2.      Estimularlo para favorecer su desarrollo. No se trata de comprarle los juegos más sofisticados o de empezar a hacer puzles desde muy pequeños. Una buena manera de hacer esto es hablarles y contarles, p. ej., que vais a poner una lavadora y que no podéis mezclar la camisa roja de papá con los calcetines blancos porque destiñen, o que le has echado hoy al bizcocho para que te saliera tan esponjoso, y si se lo contáis mientras lo hacéis mucho mejor.
3.      Protegerlo, no sobreprotegerlo. Antes de decir que no a que haga alguna cosa, pensemos si el miedo es real o el miedo es nuestro.
4.      Educarlo. ¡Aquí viene el quid de la cuestión! En la educación de nuestros hijos e hijas es importante el establecer unas normas o límites (que tienen que surgir de los conflictos que se nos pueden dar y adaptados a nuestra forma de hacer las cosas); otorgarles responsabilidades (que ayuden en casa, siempre teniendo en cuenta su edad. Más adelante dedicaré un post a esto, mientras tanto, recordad: todo aquello que hace en la escuela infantil o la escuela, puede hacerlo en casa); pero siempre, con afecto y comunicación.
Bueno, hasta aquí el post de hoy. Ahora me voy que me toca hacerle la cena a Irene. ¿Qué inventaré hoy para que coma?
Reflexionad sobre todo esto y como siempre os animo a que si tenéis alguna pregunta me la hagáis a través de este blog. También podéis buscarme en twitter @Carme_Carrasco
Un abrazo

martes, 3 de septiembre de 2013

Reflexiones sobre qué es ser padre o madre

Irene duerme… ¡qué bonita es!

Muchas veces cuando la miro pienso: “¿Lo estaré haciendo bien?”.

Mientras la esperaba pensé muchas veces cómo sería, qué le gustaría, a quién se parecería, pero, sobre todo, cómo queríamos educarla, cuál tenía que ser nuestro papel como padres, cómo llevarlo a cabo, cómo superar los errores y cómo subsanarlos,… me daría cuenta de que me estoy equivocando…

Cuando estudiaba Psicología una de las asignaturas que más me impresionó fue la de Psicología del Desarrollo. Sin entrar en muchos detalles, en ella aprendimos cómo se desarrollo el bebé desde que se forma la primera célula a nivel, cognitivo, motor, afectivo, social,… Ese año aprendí dos cosas básicas, que ahora como madre no puedo obviar:
      
 1.            Que los bebés vienen al mundo con unas estructuras muy básicas y algunas de ellas todavía se tienen que desarrollar. Es decir, como si fuera una caja vacía que hay que llenar. 
2.            El bebé tiene que ir llenando esas cajas poco a poco, cada objeto debe colocarse a su debido tiempo. Es decir, todo lo que hacemos, sentimos, percibimos,… lo aprendemos.

Nuestra función como padres es ayudarles a llenar esa caja de una manera ordenada, cada cosa a su momento, y sin meter cosas que todavía no están preparados para guardar, o esperar demasiado para meterlas en su compartimento.

Qué quiero decir con todo esto: que el desarrollo de las capacidades, las actitudes, la manera de sentirse y de afrontar la vida de nuestros hijos dependen, en gran medida, de la calidad de las relaciones que se establecen en el ámbito familiar.

El ser humano es la única especie cuyas crías vienen al mundo más inmaduras y que necesitan que su papá y su mamá se cuiden de ellos una vez nacidos. Más o menos, hasta los dos años, dependen en gran medida de nosotros para crecer y desarrollarse: sus papás (o cualquier adulto que se ocupe de él).

Al mismo tiempo, como he dicho antes, nuestro bebé nace con la capacidad de aprenderlo todo, aunque cada cosa a su tiempo. Pero necesita que nosotros veamos y creamos en  esa capacidad y le dejemos aprender.  A veces, hay que retarlos, para ver si es capaz de hacer una determinada cosa.

A los papás y mamás siempre les doy la misma premisa: “Si en la guardería es capaz de hacerlo, en casa también, pero tenemos que estar dispuestos a darles su tiempo, dejarlos equivocarse, etc.”

Mi función como madre y la de mi marido como padre es la de cuidar, estimular, proteger y educar a nuestra hija, pero por una cuestión muy sencilla: “Lo necesita para desarrollarse de una manera óptima”.

Más adelante os explicaré esta última idea. Con este artículo sólo quería que entendierais la importancia de la familia en el desarrollo de nuestros hijos y cómo nosotros somos los pilares sobre los que sostienen ellos su desarrollo: si nosotros nos tambaleamos, podemos hacer que ellos caigan, o si no dejamos que coloquen la siguiente piedra no avanzarán.

Reflexionad sobre todo esto y como siempre os animo a que si tenéis alguna pregunta me la hagáis a través de este blog. También podéis buscarme en twitter @Carme_Carrasco

Un abrazo.

lunes, 22 de julio de 2013

Cómo sobrevivir a las vacaciones de verano

Llevamos un mes de vacaciones de verano y ya estoy al borde de un ataque de nervios. ¡Y todavía queda un mes y medio! ¡Esto no puede ser, no sé qué hacer con ella… Estoy cansada de discutir!

Pero por otro lado, qué va a hacer: se levanta a las 9 de la mañana, merienda y… tiene por delante 12 horas para ocupar en alguna cosa, pero el qué?

Seguramente este pensamiento os suena a más de uno y más de una, ¿no? A través de estas líneas voy a intentar daros unos consejos que espero os puedan servir.

El primer consejo que os puedo dar es paciencia. Suena obvio, pero intenta comprender su situación (sé que ellos podrían comprender la tuya, pero… tú eres el adulto o la adulta, ¿no?): No tener nada para hacer está bien una semana, pero ¡dos meses y medios! Algo que es antinatural en un niño es el NO hacer nada, ellos necesitan hacer cosas, nosotros ya hemos visto y hecho muchas cosas, pero para ellos, sobre todo los más pequeños, todo es nuevo, todo está por descubrir y, además necesitan hacerlo.

De todo esto se deriva mi segundo consejo: ayúdales a ocupar su tiempo en cosas que  te beneficien a ti. Crea un horario en el que puede haber tiempo para todo, para jugar con papá y mamá, pero también para jugar solos, ver la televisión un ratito, y por qué no: repasar lo que han hecho este invierno o leer (una regla general: 20 minutos a partir de los 6 años, y súmale 5 ó 10 minutos por cada año que cumpla, hasta un máximo de 1 hora ó 1 hora y media, siempre y cuando no tenga que recuperar alguna, en cuyo caso partiremos de 30 y sumaremos 15 ó 20 por año hasta las 2 horas y media ó 3 horas). Que él te ayude a planificar ese tiempo con las pautas generales que tú le darás.

Si hay posibilidad, una buena opción son las escuelas o los campamentos de verano, que te permiten, además un tiempo muy bueno para ti.

El que tengan que ocupar todo ese tiempo, no significa que se tengan que hacer grandes cosas o hacer ruido: si no quieren dormir la siesta, tienen que tener un momento de juego tranquilo, hacer algún puzle, ayudar en alguna tarea doméstica (adecuada a su edad), etc.

Es buen momento para empezar a inculcarle el tener algún tipo de responsabilidad respecto a las tareas domésticas, ya que tú también tienes más tiempo para enseñarles. Recuerda que cuando se estás enseñando a hacer alguna cosa a alguien, el castigo nos va a perjudicar: mientras se aprende no se castiga, se corrigen los errores y aprendemos de ellos. Esta idea también tiene que estar presente mientras ponemos en marcha nuestro horario de verano: está aprendiendo una nueva manera de llevar sus vacaciones.

Antes de empezar explícales lo que quieres hacer y cómo lo quieres hacer, y lo importante que es su colaboración para que todo salga bien. ¡Ojo! Se explica cuando una cosa no se sabe hacer. Si intuyes que está "mareando la perdiz" para no hacer una determinada cosa o hacer otra cosa que le apetece más, no pierdas el tiempo hablando: él sabe los motivos, aquí sólo cabe un "es lo que te toca hacer y así quedamos de acuerdo". Se puede emplear la técnica del disco rayado: repetir este mensaje una y otra vez hasta que consigas que lo haga, eso sí no puedes decir nada más en ese momento.

No discutas con ellos, si en algún momento entras en una espiral de discusión, córtala: para, espera un momento o dos (hasta que veas con claridad) y transmítele tu mensaje con tranquilidad, firmeza y seguridad. Si lo consigues a la primera, perfecto, si no... técnica del disco rayado.

Una vez puesto en marcha, se tiene que cumplir, pero también se puede romper algún día por algún plan especial, siempre y cuando no se convierta en un hábito el saltarse alguna actividad. Si esto sucede, es que el horario está mal planteado. Volved a sentaros juntos y rehacedlo... No pasa nada.

Espero que todo esto te pueda ayudar, si tienes alguna consulta puedes dejarla en este blog.



Un abrazo y hasta la próxima.

miércoles, 19 de junio de 2013

Declaración de intenciones

Hola a todos y a todas,
Hoy me he decidido por fin a iniciar mi andadura a través de este blog. Es algo nuevo para mí, así que si alguien tiene algún consejo que darme, también será bien recibido.
A través de este blog voy a intentar haceros la labor de ser padre o madre un poco más fácil. Tenemos que dejar atrás la era de la información para pasar a aceptar una nueva era: la de la formación.
A partir de mis vivencias con Irene, iré dándoos mi opinión sobre temas que vayan surgiendo, para ver si os sirven.
Parto de la premisa que los mayores expertos en el cuidado de vuestros hijos e hijas sois vosotros y vosotras, y que yo hablo desde las generalidades. Quien tiene la última palabra en el cuidado de vuestros hijos e hijas sois vosotras y vosotros.
Espero que os parezca interesante lo que os tengo que contar.
Un beso,